domingo, 6 de julio de 2014

Una crítica, dos formatos

La serie de TV The Walking Dead supo llamar la atención del telespectador desde sus primeros anuncios en el 2010. En América Latina la transmisión estaba a cargo de Fox y mostraba pequeñas escenas que promocionaban a la serie y hacían pensar que podría tratarse de algo que marcaría un antes y un después en el género. Los zombis ya estaban en películas de terror desde la década de 1930, incluso hubo comedias como “ZombieLand”. Los videojuegos fueron quizás el soporte donde más de trabajó a estos “muertos-vivos”. También desde 2003 ocupaban un espacio editorial con los comics, pero con una serie se podría decir que ya lo tienen todo, sin embargo su éxito era dudoso. Afortunadamente para el director Frank Darabont y para el creador de The Walking Dead, Robert Kirkman, ésta tuvo buenas repercusiones y superó las expectativas. Quizás esto se deba a que Kirkman ya había cultivado seguidores por siete años con sus comics.

La trama de los zombis en papel había atrapado a muchos jóvenes que estaban expectantes con el inicio de la serie. A pesar del éxito, algunos fans fueron defraudados, y es que la adaptación a la pantalla chica produjo algunos cambios en la historia.

Para comenzar, los comics cuentan con ilustraciones en blanco y negro por decisión de su creador quien se niega a ponerle color a pesar de las insistencias de algunos fanáticos. La serie, por su parte, muestra todo el color aunque con un estilo casi sepia. A pesar de ello, actualmente se baraja la idea de retransmitir las primeras dos temporadas en blanco y negro.

En cuanto a la trama y personajes, se debe tener en claro que tanto la edición en papel como la audiovisual son formatos muy distintos y ambos con lenguajes propios. Mientras en uno es necesario explicar con palabras algunas cosas, en el otro alcanza con una musicalización y algunas caras o representaciones que den a entender al espectador lo que está ocurriendo.

En los primeros doce tomos de los comics se cuentan las historias que a la serie le tomará dos temporadas, un total de 19 capítulos. Algunas locaciones del papel no figuran en la edición para la televisión, como el barrio privado en el que buscarán refugio los protagonistas, pero lo mismo y a la inversa ocurrirá con el Centro de Control de Enfermedades al que llegarán los personajes de la serie.

En la segunda temporada los protagonistas descubren que en realidad todos están infectados, que con sólo morir pueden convertirse en “caminantes”, pero eso ocurre de maneras muy distintas en los dos formatos. En el comic una pareja de novios decide hacer un pacto para dejar de sufrir este apocalipsis y pasar a mejor vida juntos, contarían hasta tres y se dispararían mutuamente, pero algo sale mal y el chico aprieta el gatillo antes. El disparo llama la atención de Tyreese, el padre de la chica que acaba de morir, quien sale corriendo y se topa con el panorama. Desconsolado llora con el cuerpo de su hija en brazos cuando ésta se despuerta e intenta morderlo.

En la serie, Shane se sale de sus cabales y se trenza en una forzosa pelea con Rick, su mejor amigo. Entre ellos hay una fuerte disputa, pues Lori, esposa del segundo, mantenía también una relación amorosa con el primero (lo que para el comic fue cosa de una sola noche). Viendo a su padre en peligro, Carl le dispara a Shane y lo mata. Más tarde éste volverá a la vida en forma de zombi. A todo esto, Rick se había enterado en la primera temporada que todos estaban infectados, pero es en este momento que los demás personajes y el espectador se enteran.

Kirkman está orgulloso de decir que le da un toque de "telenovela" al género, y eso se puede apreciar claramente. En los dos formatos de The Walking Dead los zombis juegan un papel secundario, demostrando así lo que el creador mantiene hasta hoy, que con los muertos se puede convivir, se los puede controlar, pero los peligrosos en realidad son los vivos.

Historias de engaños, decepciones, amistades, enemistades, venganza, amores y desamores rodean a la tira. Tal es el ejemplo antes dado con el triángulo amoroso entre Rick, Lori y Shane. Este argumento resultó interesante para la serie por agregarle un condimento especial, por lo que el director decidió prolongarle la vida a Shane por dos temporadas, quien en el comic muere en el tomo 6.

Algo similar ocurre con Carol, una mujer sumisa que cuida a su hija y recibe golpes de su alcohólico esposo hasta que éste muere en un ataque de zombis. En los comics Carol siempre está cuidando a los niños del grupo, entre ellos su hija Sophia. Tiene un carácter más alegre y animoso y nada se sabe de su esposo más que su fallecimiento antes de que todo ocurriera. Mientras que para el papel la pequeña Sophia se convierte en la novia de Carl, para la serie, en la segunda temporada se une a las filas de los zombis en un capítulo realmente decisivo y movilizador para el espectador.

El de Darryl Dixon es un caso especial. Es el rebelde del grupo en la serie que quiere encontrar a su hermano Merle a quien dejaron en la azotea de un edificio en la ciudad. Con el tiempo se hará uno de los personajes más queridos por los fans, y la mano derecha de Rick Grimes. Con él Darabont completa los roles que en el comic cumplen varios personajes como Donna, Allen, e incluso el mismo Rick Grimes. Algunas de sus actitudes son propias del protagonista de los comics. Kirkman lleva tiempo pensando en incluirlo en la edición en papel.

Las diferencias que se encuentran en la serie se deben a que ésta es una adaptación del comic, no una “transcripción”. Como tal, tiene un lenguaje y herramientas propias que le permite tomarse licencias con algunas situaciones, historias y personajes para hacer de esta producción algo un poco más atractivo. Mantener al televidente expectante de lo que ocurre semana a semana en sus capítulos es primordial, para ello Darabont se permite algunas modificaciones aunque siempre busca la aprobación de Kirkman, quien también influye en el guion, la elección del reparto, las interpretaciones, entre otras.

Pero hay algo similar en los dos soportes: muestran historias que bien podrían ser ciertas (lo que quizás sea culpable del éxito), con las cuales cualquier persona podría sentirse identificada. A la vez hace una crítica de la sociedad actual, especialmente en Estados Unidos, donde, a partir de lo ocurrido con las Torres Gemelas en 2001, se produce la sensación de terror, de haber sido invadido, de sentirse desprotegido, indefenso.


No sólo eso, los zombis también representan, como en muchas películas, una imagen distorsionada de las masas, sobretodo de la clase trabajadora que ha sido engañada por el capitalismo y en este proceso ha perdido su humanidad. La alienación, el sedentarismo, la falta de conciencia y el egoísmo corren por las venas desgarradas de los “caminantes” en busca de carne fresca por la cual expandirse.

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