La serie de TV The Walking Dead
supo llamar la atención del telespectador desde sus primeros anuncios en el
2010. En América Latina la transmisión estaba a cargo de Fox y mostraba
pequeñas escenas que promocionaban a la serie y hacían pensar que podría
tratarse de algo que marcaría un antes y un después en el género. Los zombis
ya estaban en películas de terror desde la década de 1930, incluso hubo
comedias como “ZombieLand”. Los videojuegos fueron quizás el soporte donde más
de trabajó a estos “muertos-vivos”. También desde 2003 ocupaban un espacio
editorial con los comics, pero con una serie se podría decir que ya lo tienen
todo, sin embargo su éxito era dudoso. Afortunadamente para el director Frank
Darabont y para el creador de The Walking Dead, Robert Kirkman, ésta tuvo
buenas repercusiones y superó las expectativas. Quizás esto se deba a que Kirkman
ya había cultivado seguidores por siete años con sus comics.
La trama de los zombis en papel
había atrapado a muchos jóvenes que estaban expectantes con el inicio de la serie.
A pesar del éxito, algunos fans fueron defraudados, y es que la adaptación a la
pantalla chica produjo algunos cambios en la historia.
Para comenzar, los comics cuentan
con ilustraciones en blanco y negro por decisión de su creador quien se niega a
ponerle color a pesar de las insistencias de algunos fanáticos. La serie, por
su parte, muestra todo el color aunque con un estilo casi sepia. A pesar de
ello, actualmente se baraja la idea de retransmitir las primeras dos temporadas
en blanco y negro.
En cuanto a la trama y personajes,
se debe tener en claro que tanto la edición en papel como la audiovisual son
formatos muy distintos y ambos con lenguajes propios. Mientras en uno es
necesario explicar con palabras algunas cosas, en el otro alcanza con una
musicalización y algunas caras o representaciones que den a entender al
espectador lo que está ocurriendo.
En los primeros doce tomos de los
comics se cuentan las historias que a la serie le tomará dos temporadas, un
total de 19 capítulos. Algunas locaciones del papel no figuran en la edición
para la televisión, como el barrio privado en el que buscarán refugio los
protagonistas, pero lo mismo y a la inversa ocurrirá con el Centro de Control
de Enfermedades al que llegarán los personajes de la serie.
En la segunda temporada los
protagonistas descubren que en realidad todos están infectados, que con sólo
morir pueden convertirse en “caminantes”, pero eso ocurre de maneras muy
distintas en los dos formatos. En el comic una pareja de novios decide hacer un
pacto para dejar de sufrir este apocalipsis y pasar a mejor vida juntos,
contarían hasta tres y se dispararían mutuamente, pero algo sale mal y el chico
aprieta el gatillo antes. El disparo llama la atención de Tyreese, el padre de
la chica que acaba de morir, quien sale corriendo y se topa con el panorama.
Desconsolado llora con el cuerpo de su hija en brazos cuando ésta se despuerta
e intenta morderlo.
En la serie, Shane se sale de sus
cabales y se trenza en una forzosa pelea con Rick, su mejor amigo. Entre ellos
hay una fuerte disputa, pues Lori, esposa del segundo, mantenía también una
relación amorosa con el primero (lo que para el comic fue cosa de una sola
noche). Viendo a su padre en peligro, Carl le dispara a Shane y lo mata. Más
tarde éste volverá a la vida en forma de zombi. A todo esto, Rick se había
enterado en la primera temporada que todos estaban infectados, pero es en este
momento que los demás personajes y el espectador se enteran.
Kirkman está orgulloso de decir
que le da un toque de "telenovela" al género, y eso se puede apreciar
claramente. En los dos formatos de The Walking Dead los zombis juegan un papel
secundario, demostrando así lo que el creador mantiene hasta hoy, que con los
muertos se puede convivir, se los puede controlar, pero los peligrosos en
realidad son los vivos.
Historias de engaños,
decepciones, amistades, enemistades, venganza, amores y desamores rodean a la
tira. Tal es el ejemplo antes dado con el triángulo amoroso entre Rick, Lori y
Shane. Este argumento resultó interesante para la serie por agregarle un
condimento especial, por lo que el director decidió prolongarle la vida a Shane
por dos temporadas, quien en el comic muere en el tomo 6.
Algo similar ocurre con Carol,
una mujer sumisa que cuida a su hija y recibe golpes de su alcohólico esposo
hasta que éste muere en un ataque de zombis. En los comics Carol siempre está
cuidando a los niños del grupo, entre ellos su hija Sophia. Tiene un carácter más
alegre y animoso y nada se sabe de su esposo más que su fallecimiento antes de
que todo ocurriera. Mientras que para el papel la pequeña Sophia se convierte
en la novia de Carl, para la serie, en la segunda temporada se une a las filas
de los zombis en un capítulo realmente decisivo y movilizador para el
espectador.
El de Darryl Dixon es un caso
especial. Es el rebelde del grupo en la serie que quiere encontrar a su hermano
Merle a quien dejaron en la azotea de un edificio en la ciudad. Con el tiempo
se hará uno de los personajes más queridos por los fans, y la mano derecha de
Rick Grimes. Con él Darabont completa los roles que en el comic cumplen varios
personajes como Donna, Allen, e incluso el mismo Rick Grimes. Algunas de sus actitudes
son propias del protagonista de los comics. Kirkman lleva tiempo pensando en
incluirlo en la edición en papel.
Las diferencias que se encuentran
en la serie se deben a que ésta es una adaptación del comic, no una “transcripción”.
Como tal, tiene un lenguaje y herramientas propias que le permite tomarse
licencias con algunas situaciones, historias y personajes para hacer de esta
producción algo un poco más atractivo. Mantener al televidente expectante de lo
que ocurre semana a semana en sus capítulos es primordial, para ello Darabont
se permite algunas modificaciones aunque siempre busca la aprobación de Kirkman,
quien también influye en el guion, la elección del reparto, las
interpretaciones, entre otras.
Pero hay algo similar en los dos
soportes: muestran historias que bien podrían ser ciertas (lo que quizás sea
culpable del éxito), con las cuales cualquier persona podría sentirse
identificada. A la vez hace una crítica de la sociedad actual, especialmente en
Estados Unidos, donde, a partir de lo ocurrido con las Torres Gemelas
en 2001, se produce la sensación de terror, de haber sido invadido, de sentirse
desprotegido, indefenso.
No sólo eso, los zombis también representan, como en muchas películas, una imagen distorsionada de las masas, sobretodo de la clase trabajadora que ha sido engañada por el capitalismo y en este proceso ha perdido su humanidad. La alienación, el sedentarismo, la falta de conciencia y el egoísmo corren por las venas desgarradas de los “caminantes” en busca de carne fresca por la cual expandirse.
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